Aunque me recordaba aquellas maravillosas mañanas en la finca de mis abuelos, donde me levantaba y ella, la radio, siempre estaba encendida durante el desayuno hubiera o no alguien en la cocina, su sonido fruncía el ceño en mi imaginación y mis oídos querían huir. Las palabras que entonces salían de aquel negro aparato, me encerraban en la misma habitación. Era para mí una invitada molesta a la que intentaba esquivar sin duda alguna. Hace algo más de un año entró incluso en la lista de mis "No me gusta". Pero ahora, ella me transporta a innumerables lugares. Un teatro donde cantan una ópera o zarzuela, la vida de un escritor al que entrevistan por su reciente éxito literario, Chicago, donde gana por primera vez un negro las elecciones, una discoteca donde una pelea activa a policías y ambulancias, una aventura romántica de los personajes de la próxima película a extrenar, y así a infinitos destinos. Su eco en mi cabeza resurgita recuerdos y olores que enamoran mi experiencia. Recuerdos que el hombre por el que me ilusiono cada instante dibuja en mi vida. La primera noche con la radio acompañando nuestros sueños, la casa de Amalia donde pasamos el verano, la cocina donde yo preparaba su café encendiendo el negro aparato que yo tanto detestaba, la humedad que flotaba por aquellas habitaciones en las que toda la familia encendía una radio por cada una de ellas, las batallas de manos en la cama por encenderla él y yo apagarla... Ahora, yo misma la enciendo para sentir su compañía y oir todo lo que me cuenta cuando estoy en casa o voy en coche. Soy capaz de dormirme con ella y me entero de cosas que de otra manera no sabría, escucho lo mismo que quizás escucha él en otro lugar y cuando le veo le cuento las noticias que escuché, ilusionada como una niña recita la tabla de multiplicar cuando acaba de aprenderla.
Un antes, un despúes de una minúscula muestra de mi vida.
Un antes, un despúes de una minúscula muestra de mi vida.
1 comentario:
Je,je...con lo que protestabas al principio eh...
Lo curioso es que enciendes la radio cuando no estoy yo, pero todavía me cuesta algún que otro morrito el encenderla cuando dormimos juntos...
Eres maravillosa. Te amo.
Por cierto,el texto que has escrito es precioso...
Publicar un comentario