Caminaba por la arena húmeda y firme. Un atardecer que dejaba una brisa suave y acogedora. La playa estaba desierta, y en camino una pleamar que buscaba esconder cada grano de arena. Una danza entre el mar y la tierra como un adagio, lento y majestuoso a los oídos.
Paso a paso la mirada que se perdía con las huellas cada vez más alejadas y borrosas.
Y entre tanta calma despertó un sueño. Ante mis pies un enorme castillo. Y entre aquel cuadro de apagados colores; arena húmeda, mar profundo, noche cayendo, sol escapando a lo lejos… un cubo rojo despertaba los sentidos.
Aquel niño construyendo miles de historias. Un mundo tan real como frágil.
Rompí mi línea recta y salvé el castillo, esbozando una sonrisa de emoción. El castillo y las historias de aquel niño seguirían allí en pie. Pero la sonrisa no perduraría demasiado. Al poco de continuar el paseo, la marea que avanzaba ya cubría mis pies descalzos. Y en aquel segundo concreto volví a detenerme, ¡El castillo!
Me giré, y las historias ya nadaban hacia mar adentro. Aceleré el paso, aquellos pocos que me separaban del sueño que contenía el cubo rojo. El cubo que danzaba en la orilla con intención de seguir sus historias.
Pero estuve a tiempo de rescatarlo, y con él, las ilusiones de aquel niño que construía un castillo de arena.
3 comentarios:
Dentro de poco ya tenemos un libro de Indi!!!
Muakkkks
sirenita de Celorio........
Una niña bronceada por el sol y la brisa de una Asturias siempre magica,construia castillos de arena llenos de historias de princesas y principes,como el niño del cubo rojo,....una sirenita preciosa,con ojos rasgados preciosos con luz infinita......una princesa de fresa...........TE QUIERO MI NIÑA,muuuuuuuuuuuaaaaaaaaa
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